Según está avanzando la participación en esta propuesta de “La banda sonora de tu vida”, los temas musicales van mostrando las distintas facetas que la música aporta para el ser humano.
Es interesante observar el cambio de actitud cuando nos paramos a respirar un momento, para “indagar” en nuestro interior cuál sería alguno de los temas o composiciones melódicas que han arraigado en nuestro corazón, durante la vida que vamos viviendo día a día.
La verdad es que vamos a analizar, en vivo y en directo, qué tipo de vibraciones son adecuadas para cada idiosincrasia; cuales son las preferencias específicas y su razón de ser.
La influencia generacional también es importante, aportando una especie de “vinculo sonoro” entre muchas personas, que reaccionan de la misma manera ante un tema que es reconocible y reconocido por todos.
De la misma forma que hemos transformado nuestra manera de alimentarnos hacia una perspectiva saludable, a través del concepto “nutrición sana”, organizando toda la información sobre los alimentos, las combinaciones posibles, las intolerancias, la situación actual de nuevos productos (lo ecológico y lo que denominamos “bio” por ejemplo), hemos contemplado la necesidad de realizar el mismo enfoque, nuevo, acerca del mundo vibracional, de lo que vibra en el sonido y en la música que nos envuelve constantemente..
Es habitual comentar que un espacio concreto “tiene buenas vibraciones” o que podemos estar a gusto con nuestro interlocutor o interlocutores porque encontramos que hay un buen ambiente, una “buena vibración”.
Y es en este sentido en el que deseamos aportar la perspectiva novedosa de tener en cuenta las composiciones musicales, melodías, temas clásicos y modernos que “mueven” nuestra estructura vibracional y que permiten encontrar tanto un renovado equilibrio como mejorar nuestros estados de ánimo en determinadas ocasiones.
Será muy útil organizar nuestra “carpeta” de musicalidad personal dentro de nosotros… Tener un espacio mental donde ordenar nuestras emociones en este sentido. Y físicamente, tenerlo presente, de forma práctica: al igual que hay un espacio para nuestros libros favoritos, vamos a crear un espacio para nuestros temas musicales. Con perspectiva, podremos hablar de las emociones que suscitaron, de la evolución propia en nuestros gustos melódicos, de la sonoridad que necesitamos en el presente, de las composiciones que han formado parte de la “saga familiar”… (por citar un aspecto concreto).
La propuesta quiere favorecer desde la práctica, la posibilidad de establecer una conexión íntima con las modulaciones musicales que tienen valor para cada uno de nosotros. Es algo que va a permitir “perfilar” un poco mejor nuestros gustos, no en la superficialidad de una moda, sino observando cuáles son las reacciones más profundas que suscitan en nosotros ciertas canciones, ciertas arias, o instrumentos (piano, saxofón, el ritmo de la batería, las alturas de un violín…).
Si lo contemplamos desde el nivel simbólico, podemos decir, en voz alta que “estamos hechos de… ¡música!”, puesto que todas las proporciones con las que se ha creado todo en nuestro universo conocido, responden a combinaciones y movimientos matemáticos, que están también expresados a través de las alturas musicales.
Entonces, como seres muy vivos, vibrantes en luz, color y sonido, lo más natural es que vayamos caminando nuestros pasos con la música que mejor resuena dentro de nosotros: es así como creamos “la banda sonora” de mi propia vida.
Macarena es Terapeuta, Profesora de Técnicas Creativas, Especialista en Técnicas Vocales y Sonido Terapéutico. Conoce el trabajo de Macarena en :Macarena Miletich