Cuando me propusieron participar este año en el programa de ponencias de Madrid Sostenible y Creativa con el tema que a continuación te comparto, me sentí por un lado agradecida por la indicación, normalmente no me dicen el tema del que hablar, y que me lo den es estimulante ya que me obliga a investigar mucho en ello, además de indicarme el siguiente paso. Por otro lado, me pregunté ¿seré capaz de estar a la altura?

Conferencia impartida para la Asociación Madrid Sostenible y Creativa por Beatríz Gómez Acebrón en el Centro Cultural Rafael Altamira el 18 de Mayo de 2018
Salud y emociones. No estoy especializada en temas de salud, directamente claro, porque indirectamente, son dos conceptos inseparables.
El tema de la salud es delicado y controvertido así que voy a tratar de ser lo más cuidadosa posible.
Así lo entiendo y lo experimento yo.
La mente manda y el cuerpo la sigue.
El cuerpo por sí solo no tiene la capacidad de enfermar, entonces ¿son los pensamientos los que lo enferman? no, por supuesto. Los pensamientos y nada más que los pensamientos no pueden enfermarte, menos mal. Sin embargo, las emociones asociadas a los pensamientos sí tienen ese poder.
Por lo tanto, una salud física y mental viene después de una salud emocional.
Las emociones reprimidas durante años van enviando señales a nuestro cuerpo. Si siento una gran desvalorización, el cuerpo lo reflejará de la manera que proceda.
El cuerpo no es un enemigo, y el cuerpo no soy yo. Lo cierto es que, si hay una gran identificación con el cuerpo, solo sufriré porque el cuerpo como tal, solo produce miedo; miedo a envejecer, a dañarse, a enfermar, a ser juzgado, comparado…
Según lo concibo, el cuerpo es un canal de comunicación con el inconsciente. Por lo tanto, una enfermedad es la oportunidad para sanar, literalmente, y me refiero a la sanción emocional, lo que pase con el cuerpo después, es secundario.
Hay ciertas corrientes que hablan de asignar una emoción o experiencia a sanar, con una parte específica del cuerpo, yo no lo tengo tan claro.
En mi experiencia, cuando alguien está sufriendo alguna enfermedad y se le pregunta ¿para qué crees que te ha venido? o ¿qué simboliza para ti el estómago?… su inconsciente va a hablar, y será cierto cuando la persona logre la toma de conciencia que suele ser inmediata. Insisto en que lo que ocurra después no es lo principal, lo principal es aprovechar cualquier situación que mi inconsciente me presente para liberar emociones reprimidas.
Las emociones reprimidas guardan una energía que, una vez liberada, nos llena de poder, pero inhibida nos daña. Es imprescindible saber y actuar sobre esta idea.
El tema de la salud también se ve afectado por las creencias que tenemos asociadas por ejemplo a la herencia genética, a las condiciones ambientales, a la edad, al género…
Sabemos que aquellas creencias que tenemos muy arraigadas, se acaban manifestando, por ejemplo, si en mi familia hay mucha personas con diabetes, puedo haber oído miles de veces que yo también la tendré, por lo tanto, tarde o temprano la acabaré haciendo real.
Una creencia es como un pensamiento, no hace daño hasta que no se le asocia una emoción. El Dr. David R. Hawkins en su libro “curación y recuperación” nos indica la importancia de decretar en nuestro interior cada vez que una de las creencias hable de privarnos la salud, diciendo algo así como “Cancelo. Yo soy un ser infinito que no está sujeto a esto”. Y es una frase tan cierta que solo decirla, da paz. Pruébalo.
Mantener la presencia cuando vienen las frases que tanto hemos repetido o nos han repetido y ser capaces de cancelarlas y transmutarlas es vital, de la misma manera que es vital hacerlo tantas veces como haga falta (quizás miles). Es una reprogramación. Como suena.
Y en cuanto a las emociones, permitirte sentirlas nos libera el interior. Sentirlas puede ser cuestión de segundos, no sentirlas te puede condicionar la vida entera, y por supuesto tu salud.
Yo te puedo hablar de mi experiencia personal. Fui diagnosticada con gastritis crónica, con futuro próximo de úlcera, hasta que liberé tantas emociones reprimidas como tenía. Ahora rara vez sé lo que es un dolor de estómago.
Por supuesto hay mucha resistencia a creer que esto sea ciencia y no “curaciones espontáneas” como se llaman. Algunas enfermedades se han llegado a reconocer como emocionales, por ejemplo, las del aparato digestivo, pero yo me pregunto ¿por qué unas sí y otras no? No tiene ningún sentido.
No creo que haya que dejar de usar los medios tradicionales de medicina, nos daría demasiado miedo y no es lo que buscamos pero, es casi una obligación trabajarlo también desde un nivel emocional y espiritual si queremos, además de actuar sobre la causa y no el efecto, aprovechar la experiencia para liberarnos y crecer.
La pregunta es ¿estoy dispuesto a ello?
Aquí puedes ver el Vídeo completo de la ponencia